Wall Street le marca la cancha a Milei y le pica el boleto Karina

En menos de una semana, The Wall Street Journal y Financial Times apuntaron directamente contra Karina Milei y advirtieron que su permanencia pone en riesgo el plan económico.

Actualidad15/09/2025
NOTA

Acción coordinada de prensa financiera

 

No es común que dos de los diarios financieros más influyentes del mundo, voceros de la ortodoxia de Wall Street y la City, concentren sus críticas en una figura política doméstica. Esta vez lo hicieron. Primero fue The Wall Street Journal, con un artículo corrosivo: Karina Milei, presentada como “vendedora de tortas en Instagram”, sería hoy el talón de Aquiles de un gobierno que prometía motosierra y terminó enredado en un escándalo de coimas y en una derrota estrepitosa en la Provincia de Buenos Aires.

 

El segundo golpe llegó desde Londres. Financial Times habló de la “mayor crisis del gobierno de Milei”, con una inflación que ya no baja y con la hermana presidencial bajo sospecha por supuestos sobornos ligados a contratos públicos. Dos editoriales desde el corazón del capital global que tienen un mismo subtexto: para salvar el programa económico, Milei debe soltar a su hermana.

 

El riesgo político se volvió riesgo país

 

Los analistas financieros lo tradujeron en términos simples: si Karina Milei sigue siendo la “copresidenta”, los inversores leerán que el gobierno no tiene margen para ordenar ni su interna, mucho menos la economía. Y cuando la política falla, la consecuencia inmediata se refleja en riesgo país, fuga de capitales y corrida contra el peso.

 

Lo que en la Argentina se discute como un affaire familiar, en Wall Street se calcula como riesgo de default. Y lo dicen sin sutilezas: el programa de Milei, ya debilitado por la derrota en Buenos Aires, podría desmoronarse antes de octubre si no hay un gesto político contundente.

 

Karina como fusible, Milei como rehén

 

El presidente construyó su poder sin partido, sin estructura y sin gobernadores propios. Su único sostén político real es Karina, la persona que decide candidaturas, reparte cargos y hasta ejerce funciones de primera dama en giras internacionales. Los diarios anglosajones lo subrayan: ese esquema puede servir para una campaña, pero no para gobernar un país en crisis.

Para Wall Street, Karina es el fusible obvio. 

 

Su salida sería la señal de que Milei está dispuesto a sacrificar lo personal en nombre de lo económico. La pregunta es si el Presidente está dispuesto a dejar caer a su hermana o si el vínculo personal lo convierte en rehén de su propio diseño político.

 

La presión mediática de Wall Street no es altruista. Responde a un cálculo frío: el ajuste debe continuar, los dólares deben seguir pagando deuda y el déficit fiscal debe cerrarse a cualquier costo social. Si la hermana del Presidente es percibida como un obstáculo por sus vínculos con un caso de corrupción y por la derrota electoral, entonces hay que removerla. El capital financiero no discute la forma, solo la velocidad y la eficacia.

 

En ese marco, la crítica a Karina es también un mensaje a la política argentina: los mercados no van a financiar indefinidamente un programa sin respaldo político real. Si Milei no ordena la interna y no muestra disciplina, la paciencia de Wall Street se acaba.

 

El gobierno que se presentó como outsider terminó desnudo frente a los mismos actores de siempre. Wall Street y la City ya no escriben sobre Milei como el libertario exótico que baja la inflación: ahora lo describen como un presidente atrapado en un esquema familiar que amenaza el plan económico.

La motosierra no se mide en discursos ni en cadenas nacionales: se mide en el respaldo de los grandes fondos. Y esos fondos ya hablaron. El mensaje es inequívoco: si Milei quiere seguir en la mesa, Karina debe salir del juego.

 

 

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