"Voy a dejar todo como servidor público", afirmó Ibarguren (PRO), al asumir la Intendencia de Pinamar, boicoteado por Estanga (UP)

Por Arnaldo Paganetti

“Siempre vale la pena comprometerse. Nunca nadie se arrepiente de ser valiente, honesto y transparente. No me faltará coraje”, aseguró Ibarguren. Trajo, así, a la palestra, consejos de un tío abuelo de nombre Carlos, próximo a cumplir 100 años, que se los dio cuando tuvo que tomar la decisión, hace unos meses, de ir por la jefatura de Pinamar, Ostende, Valeria del Mar y Cariló.

 Más tarde, en breve rueda de prensa, lamentó la actitud poco democrática del grupo de Estanga, quien con su actitud trató de deslegitimar el proceso en las urnas, que se definió por apenas un voto. El médico Omar Curto, ex concejal peronista, presente en el lugar, justificó tanto la actitud de sus compañeros, como la de Horacio Errasquín, uno de los que convalidó con su presencia la proclamación de Ibarguren, llevándose su mano derecha al corazón, igual que la ahora exfuncionaria Cristina Kirchner.

 “Dudé en venir por lo amañado que fue el proceso electoral, pero entendí que son 40 años de democracia y eso hay que fortalecerlo”, declaró Curto a EL DIARIO DEL MAR. 

Ibarguren, volcado de lleno a enfrentar “la difícil situación económica”, tuvo palabras conciliadores para todos los sectores de la comunidad, entre ellos los trabajadores municipales que este año realizaron varios paros de actividades. No ofreció la solución, pero aclaró que ahora el cometido “es trabajar con mucha responsabilidad” para la temporada veraniega que está en puerta.

 Refirió que tuvo un cruce personal amigable con Estanga, lamentó su tozudez y dijo que lo convocará a dialogar, algo necesario en una sociedad tan fragmentado, como reflejaron los votos.

 “No le da la cara”, señaló a este portal un dirigente de La Libertad Avanza (LLA) de Javier Milei, para referirse a la deserción del candidato a intendente del espacio, Alejandro Oliveros, quien anunció su retiro de la política. Por los libertarios juraron como concejales Daniel Jouffré y Sabrina Gilardi. Curiosamente, no se hablaron ni se saludaron luego de recibir sus diplomas. Parece que los chisporroteos internos no son solo nacionales.

 El control del cuerpo quedó en manos del PRO, en la persona de Analía Figueroa. Y por lo que se observó, el oficialismo seguirá teniendo la “mayoría automática” para dictar ordenanzas y atender las sugerencias del Ejecutivo. “Tincho” Yeza dejó todo abrochado. 

De hecho, quedó en claro (en un acto sin ningún incidente, como presagiaban algunos rumores), los peronistas que responden a Estanga, quedaron en minoría. Los que abandonaron el salón antes de la jura de Ibarguren, fueron Leonardo Nápoli, Ana Méndez Pinela y Violeta Saquilan, quien provocó fuertes murmullos entre el público, al juramentarse por “Néstor, Cristina y los 30 mil desaparecidos”.

 Nada pasó a mayores. La policía se ubicó con discreción en las adyacencias del edificio de la calle Tritones, cerca del mar, y no tenía previsto en la mira ninguna movilización de protesta. Las olas y el viento se mostraron también apacibles.

 Ibarguren no se salió de su rol contenedor. Prometió hacer su tarea como “servidor público, con mucha humildad”. Acotó que no es “ingenuo” para no saber “lo difícil que es la realidad económica que afecta a todos", entre otros estamentos a la sobredimensionada Municipalidad.

 Dijo que bregará por ofrecer “nuevas oportunidades”, con “una administración austera pero enérgica”. Avisó: “el funcionario que no esté a la altura de las circunstancias, tendrá que dar un paso al costado”.

 “Construiré con todos los partidos políticos”, envió un mensaje subliminal a Estanga, cuyo sector considera al peronista Errasquín (en forma despectiva) como “un amarrillo más”, en obvia referencia a la gente del PRO, que en esta etapa sigue siendo acompañada por el radicalismo. “Siempre tendrá las puertas abiertas de mi despacho”, convocó Ibarguren a "Gregorio".

 Ensalzó a Martín Yeza. Le agradeció la confianza que le dio en 2015, lo que le permitió acumular “una experiencia enorme”, según ponderó.

 “Pudo (Yeza) haber cometido errores, pero estoy seguro que tuvo más aciertos: tomó decisiones difícil y necesarias, puso de pie a la sociedad e inició un movimiento económico nunca visto, con récords en los niveles de construcción y la generación de empleo”, expuso.

 “Voy a dejar todo, siempre en defensa los intereses de la comunidad. Los haré con uñas y dientes, con la entrega y el coraje que requieren estos tiempos”, concluyó.